martes, 7 de julio de 2015

LA ICONOGRAFÍA DE FILOCTETES EN LA ESCULTURA NEOCLÁSICA

La catedrática de griego Assela Alamillo después de escribir para el blog de Lemnos el artículo "La Iconografía de Filoctetes en la época clásica" (http://lemnosfilm.blogspot.com.es/2015/04/la-iconografia-de-filoctetes-en-la_63.html), continúa con su repaso de las representaciones de Filoctetes en la historia del arte y escribe el artículo "La Iconografía de Filoctetes en la escultura neoclásica", centrado en la escultura realizada en Francia durante el siglo XIX. 

LA ICONOGRAFÍA DE FILOCTETES EN LA ESCULTURA NEOCLÁSICA
escrito por Assela Alamillo

(se pueden ver todas las imágenes al final del artículo)

Filoctetes adquiere grandeza por su debilidad física, por su  amargura y por el dolor que le causa su patético destino. Estas características son transmitidas magistralmente por el dramaturgo Sófocles y es él la fuente en la que se inspiran algunos de los  escultores franceses del neoclasicismo para reflejar al personaje, a falta de modelos de la escultura antigua. El héroe homérico fue relegado por Laocoonte, como representante del dolor físico aunque durante la primera mitad del siglo XIX y localizado en Francia, en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, es elegido como modelo repetidas veces en los premios y concursos promovidos por ella.

Puede ser considerado Filoctetes como un héroe romántico, que refleja bien el dolor y otros sentimientos, al que se puede representar en postura de un guerrero herido, y la Academia lo propone como modelo en escultura, relieve y bocetos de ambas técnicas, además de en pintura.

Pierre Grégoire Giraud (1783-1836) es el primer artista que en 1806 esculpe un “Filoctetes herido en la pierna en la isla de Lemnos” (Fig. 1) al que representa lleno de energía, manifestando en su rostro la rabia, el odio que siente por sus compañeros y también su dolor físico. Lo vemos inclinado, tocando con su mano derecha la pierna herida que apoya en una roca, en un intento de calmar el dolor. La otra mano, echada hacia atrás, aparece contraída, dispuesta a lanzarse hostil contra los que le rodean. Con esta escultura el artista obtuvo el premio de Roma de escultura de ese año.

Jean Jacques Pradier también conocido como James Pradier (1790-1852), escultor ginebrino, ganó el Premio de Roma de escultura de 1813 con este bajorrelieve titulado “Neoptólemo impide a Filoctetes disparar sus flechas contra Ulises” (Fig. 2) para cuya realización se inspira en el momento final de la tragedia de Sófocles, cuando el héroe acaba de descubrir las malas artes de Ulises para con su persona y Neoptólemo reacciona con nobleza. Se lanza hacia Filoctetes reteniéndole el brazo para que no pueda coger la flecha que va a llevar al arco que sostiene con la otra mano en actitud de disparo mientras él mismo se lleva la suya a la cabeza en un expresivo gesto. En el rostro del herido se refleja el odio y la cólera contra el de Ítaca mientras que éste se mantiene impasible, de pie, esperando el desenlace de la escena, tocado con el gorro o pilos que siempre le caracteriza. Al lado de Filoctetes distinguimos el carcaj con las flechas y la piel de león que, en interpretación de este artista, también recibió de Heracles y que representa una naturaleza muerta en contraste con la acción que emana de los personajes. Y detrás de la pierna izquierda de Neoptólemo se adivinan las armas que el joven heredó de su padre, Aquiles. 

La disposición de las figuras resulta muy armoniosa. Dos piernas  de ambos se entrelazan, y la otra de Filoctetes, por la debilidad que le ocasiona la herida, la apoya en la roca; también sus brazos se apoyan entre sí de modo que el contraste entre la juventud y la madurez queda palpable. En Ulises se puede adivinar un gesto cínico mientras se mantiene al acecho, fuera del tiempo. El artista intenta plasmar en la escultura el lenguaje de la tragedia de Sófocles, interpretándolo plásticamente y aplicando las enseñanzas que ha obtenido del estudio de la escultura antigua.

Los tres personajes tienen las cabezas en el mismo plano y  las miradas de Filoctetes y Ulises confluyen en Neoptólemo que por motivos de conciencia se opone a la razón de estado que representa el impasible Ulises. Son dos enemigos dramáticamente enfrentados entre los que se interpone el joven Neoptólemo y en sus rostros se reflejan los sentimientos de cada uno, la firmeza de las convicciones en Ulises, la cólera en Filoctetes y la nobleza en Neoptólemo.

A lo largo del siglo XIX, sin embargo, tuvo más importancia la figura central de un Filoctetes furioso que el reflejo de la situación que plantea tanto Sófocles como el dramaturgo francés André Gide en su obra sobre el héroe de 1899.

En 1829, en un concurso de la Academia de expresión patética en el rostro es cuando volvemos a encontrar una escultura del personaje. Los profesores dictan cómo deben ser los sentimientos que han de desprenderse del rostro que en este caso son la “cólera mezclada con el desprecio”. El autor es Joseph Marius Ramus (1805-1886) y el título de su obra es “Filoctetes delante de Ulises” (Fig. 3). Al contemplar esta cabeza en la que se dan todos los recursos expresivos posibles no lo relacionamos con el herido en su pierna agobiado por el dolor, sino que más bien representa un hombre violento, un héroe luchador. Sus cabellos están despeinados y luce un gran bigote a la moda de su tiempo en Francia; tiene arrugas en el rostro que reflejan cólera y su gesto es de odio, con los ojos exorbitados por la violencia, en resumen un héroe del romanticismo más que la idea tradicional de Filoctetes.

Tanto en el 1848 como en 1852 Filoctetes vuelve a ser tema propuesto para el Premio de Roma de escultura.

Gabriel Jules Thomas (1824-1905) lo gana en 1848 con la escultura titulada “Filoctetes parte para el sitio de Troya” (Fig. 4). Vemos a un héroe en una actitud diferente a las anteriores. Ya se ha convencido de su deber de partir a combatir con los griegos y mira con rostro sereno y con calma el futuro y su gesto es el propio de un héroe.  Apoya el paso de su pierna herida con el arco que le sirve de bastón que ha recobrado después del engaño de que ha sido objeto y la pierna sana está un paso por atrás, en el mismo plano que el brazo izquierdo en cuya mano sostiene una flecha que ya apunta a Troya. También se puede ver en la escultura la influencia de la lectura de los textos clásicos que hablan del héroe.

Alfred Edouard Lepère (1827-1904) obtiene el Premio de Roma de escultura en 1852 con la obra titulada “Filoctetes herido en Lemnos se entrega a su dolor” (Fig. 5) volviendo al momento de su soledad y sufrimiento por la herida durante su estancia en la isla. Es la representación de un hombre torturado por el dolor que se retuerce en todo su cuerpo y del que el rostro, especialmente su mirada, expresa el sufrimiento atroz. No se aprecia claramente cuál es la pierna enferma sino que todo él lo muestra con salvaje violencia. Se lleva la mano a la frente en un gesto desesperado. Está recostado sobre una roca, desnudo, con el cabello y barbas encrespados y a su lado yacen las armas que se deslizan hacia el suelo. El gesto doloroso recuerda a la escultura de Laocoonte con la que tiene un punto de unión en el sufrimiento.

Jean Baptiste Carpeaux (1827-1875) también en el año 1852 presenta su obra del mismo tema y momento, “Filoctetes en la isla de Lemnos” (Fig. 6) de la que conservamos el boceto y la escultura terminada. El héroe aparece en una postura inclinada, sentado sobre una roca con el rostro levantado hacia el cielo, en el que se refleja un expresivo rictus del dolor. También está desnudo pero del brazo izquierdo cuelga el manto y con la mano sostiene con firmeza el arco que, a modo de bastón, le ayuda a caminar. Cubre su cabeza con el yelmo. Con la mano derecha se toca el herido y dolorido pie. En el suelo vemos el carcaj con las flechas. Se encuentra en el museo de Bellas Artes de Valenciennes (Francia).

Jean Antoine Idrac (1849-1884) recibe el Grand Prix de Roma de escultura en 1873 por  el relieve que representa a "Filoctetes curado por el médico Macaón en el campo de los griegos" (Fig. 7). El héroe, con rostro sereno, ocupa la parte central de la escena, recostado en un lecho y sujetado por uno de los guerreros que contempla atento la intervención del médico. Éste, inclinado, examina el pie de Filoctetes y sobre él otras dos figuras sujetan los utensilios quirúrgicos de que se va a valer. En el centro, sobre la figura echada del héroe, un joven Neoptólemo sostiene el arco y las flechas y su mirada también se dirige a la acción de Macaón. Las figuras están colocadas simétricamente en perfecta armonía y la escena se desarrolla en el campamento de los aqueos bajo la sombra de un árbol.

Esta sería la muestra en escultura que tiene por tema la figura del arquero más famoso del ejército aqueo, Filoctetes, limitada en el tiempo, siglo XIX y en el espacio, la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París.

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