Hace un siglo el político estadounidense Hiram Johnson sentenció: “la primera víctima de la guerra es la verdad”. Sófocles ya lo advirtió en la Atenas del s. V a.C. cuando escribió la tragedia Filoctetes, inspiradora de Lemnos. El mayor peligro para la juventud ateniense y por ende para el Estado democrático eran la mentira y la degradación moral de sus políticos. Poco tiempo después, Atenas perdería su esplendor de libertad y cultura en la guerra del Peloponeso. Y hoy en día sigue de rabiosa actualidad como una piedra que se resiste a envejecer. Los ciudadanos son humillados y manipulados por intereses perversos, por y para unos pocos y envueltos en conflictos que no les atañen.
(Busto de Sófocles, autor de "Filoctetes")
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