ALCEO, la voz del pueblo.
La guerra en los tiempos de Troya era provocada y protagonizada
por reyes y príncipes. Las epopeyas cantan las gestas de reyes y príncipes.
Pero en la guerra también mueren esclavos, hombres anónimos, que nadie quiere y
conoce y que nadie recordará. Alceo nació esclavo, vive como esclavo y morirá
como esclavo. No ha sido educado en los valores de la nobleza y en el ansia de
gloria inmortal. Sólo conoce la obediencia y el padecimiento y no desea la
guerra. Cuando los griegos se embarcan a la conquista de Troya es forzado a
participar en la expedición como marinero. Forma parte de la tripulación a la
isla de Lemnos encargada de conseguir el arco de Heracles y rápidamente traba
amistad con Neoptólemo. Reconoce en él un guerrero orgulloso, pero de corazón
noble. Y Neoptólemo, a su vez, ve en Alceo una persona afable, tremendamente
golpeada por el destino, pero que no le da la espalda al bien. Juntos serán los
encargados de entablar relación con Filoctetes y robarle el arco. Como leal
servidor de Neoptólemo le recordará que no todos los que luchan son reyes.
(Ilustración de Peter Connolly)
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